28 de diciembre de 2009

Navidad: la ternura de Dios por el hombre

Navidad: la ternura de Dios por el hombre

Julián Carrón24/12/2009   fuente: http://www.paginasdigital.es/v_portal/informacion/informacionver.asp?cod=1407&te=&idage=&vap=0&codrel=480

Hay una frase de Dostoievski que me está acompañando en estos meses, a la hora de hablar del cristianismo a personas muy diferentes, tanto en Italia como en el extranjero: «Un hombre culto, un europeo de nuestros días, ¿puede creer, creer verdaderamente, en la divinidad de Jesucristo, el Hijo de Dios?». Esta pregunta es un reto para cada uno de nosotros. De cómo se responda a ella depende el éxito de la fe en nuestros días. En un discurso de 1996, el entonces cardenal Ratzinger respondía que la fe seguirá siendo válida hoy «porque se corresponde con la naturaleza del hombre. En el hombre hay un anhelo y una nostalgia inextinguibles de lo infinito». Y además indicaba la condición necesaria: para poner de manifiesto todo el alcance de su pretensión, el cristianismo necesita encontrar la humanidad que late en cada uno de nosotros.

 

Y, sin embargo, cuántas veces sentimos la tentación de mirar nuestra humanidad concreta - por ejemplo, nuestro malestar, insatisfacción, tristeza, o aburrimiento - como un obstáculo, como una complicación y un estorbo para la realización de lo que deseamos. Por ello, nos enfadamos con nosotros mismos y con la realidad, y el peso de las circunstancias nos abruma, mientras tratamos de avanzar dejando de lado ciertos "aspectos" de nuestro yo. Sin embargo, el malestar, la insatisfacción, la tristeza y el aburrimiento, no son síntomas de una enfermedad que se pueda tratar con medicinas, como cada vez más sucede en una sociedad que confunde la inquietud del corazón con el pánico o la ansiedad. Estos síntomas, por el contrario, son señales de cuál es la naturaleza de nuestro yo. Nuestro deseo es más grande que el universo entero. La percepción de un vacío en nosotros y en lo que nos rodea, de la que habla Leopardi ("carencia y vacío"), y el aburrimiento del que habla Heidegger, prueban la condición ineludible del corazón humano, el carácter inconmensurable de nuestro deseo: nada consigue darle satisfacción y paz. Podemos olvidarlo, traicionarlo, engañarlo, pero no podemos extirparlo.

Por ello, lo que realmente obstaculiza el camino no es nuestra humanidad concreta, sino el descuido de la misma. Todo nuestro ser pide a gritos algo que pueda colmar este vacío. Lo intuyó incluso Nietzsche, que no pudo evitar dirigirse al "dios desconocido", que hace todas las cosas: «Me quedo solo, levanto mis manos / (...) "Al dios desconocido": / (...) Conocerte quiero - a ti, el Ignoto, / Que penetras mi alma hasta el fondo, / Como tempestad sacudes mi vida, / Inaferrable y sin embargo ¡semejante a mí!» (1864).

La Navidad es el anuncio de que este Misterio desconocido se ha convertido en una presencia familiar, sin la cual nadie podría mantenerse a la altura de su humanidad, pues sucumbiría a la confusión, viendo como se "descompone" su yo. «Sólo lo divino - en efecto - puede "salvar" al hombre, es decir, las dimensiones verdaderas y esenciales de la figura humana y de su destino» (don Giussani).

El signo más persuasivo de que Cristo es Dios, su mayor milagro, lo que asombraba a todos - más que las dolencias sanadas o la ceguera curada - era una mirada humana incomparable. El signo de que Cristo no es una teoría ni un conjunto de reglas es esa mirada de la que están llenos los Evangelios: su forma de tratar la humanidad de cada persona, de relacionarse con todos los que se encontraba. Pensemos en Zaqueo o en María Magdalena: no les pidió que fueran distintos, los abrazó tal como eran, con su humanidad herida, sangrante, necesitada de todo. Y su vida, al verse abrazada, recobraba toda su estatura original.

¿Quién no desearía verse mirado así ahora? De hecho, «no podemos querernos a nosotros mismos si Cristo no es una presencia como la madre lo es para su hijo. Si Cristo no es una presencia ahora - ¡ahora! -, no puedo amarme, ni puedo amarte a ti, ahora» (don Giussani). Esta sería la única manera de responder, razonable y críticamente, como hombres de nuestro tiempo, a la pregunta de Dostoevski.

Pero, ¿cómo sabemos que Cristo vive ahora? Porque su mirada no es un hecho del pasado. Sigue en el mundo tal cual: desde el día de su resurrección, la Iglesia existe sólo para que el hombre pueda experimentar la ternura de Dios, a través de las personas que son su cuerpo misterioso, testigos en este momento de la historia de esa mirada capaz de abrazar todo lo humano.

Artículo publicado en El Mundo y Corriere della Sera

 
 
Ciudad  Autónoma de Buenos Aires
ARGENTINA

23 de diciembre de 2009

Tu obra es un bien para todos

Apuntes de la intervención en la asamblea general de la Compañía de las Obras. Assago, 22 noviembre 2009
Julián Carrón

1. En estos tiempos de crisis percibimos como nunca la verdad del lema que habéis elegido como tema de
vuestro encuentro anual: «Tu obra es un bien para todos». Y esto lo comprenden mejor que nadie los que se
han visto más afectados por la crisis, sus familias, sus hijos.

Tratar de mantener en pie una obra en estos tiempos es algo verdaderamente arduo. Vosotros lo sabéis bien,
pues os debatís entre seguir construyendo este bien o tirar la toalla y echar el cierre. La tentación del
individualismo está siempre al acecho. La insidia del "sálvese quien pueda" hoy es más fuerte que nunca.
Para muchos de vosotros sería más cómodo. Os ahorraríais no pocas preocupaciones. Pero, a pesar de todo, no
os habéis encerrado en vosotros mismos, olvidándoos de los demás. De esta forma habéis vencido el
individualismo del que hablaba Bernhard Scholz. Pero como la tentación permanece, es necesario tener razones
que nos ayuden a resistir. Esta quiere ser la finalidad de mi contribución. Paradójicamente, la crisis puede
convertirse en una ocasión para poner cimientos más sólidos en las obras que estáis construyendo, adquiriendo
mayor conciencia de las razones que las sostienen.
2. El individualismo es un intento de resolver los problemas tan viejo como la cuestión del hombre, la cual
implica la relación entre el propio bien y el bien ajeno, la tensión entre "yo" y comunidad. El hecho de no vivir
solos, de hallarnos siempre dentro de una comunidad, nos obliga a decidir continuamente la forma de afrontar
esta paradoja.

Estamos llamados a vivir este desafío en un contexto cultural que ofrece una respuesta a la tensión citada: el
individualismo. Por decirlo con una frase: yo alcanzo mejor mi bien si prescindo de los demás. Más aún: el
individualista ve en el otro una amenaza para alcanzar el objetivo de su propia felicidad. Todo esto se puede
resumir en la expresión que define la actitud propia de esta mentalidad: homo homini lupus.
Pero diciendo esto, la modernidad se muestra incapaz de ofrecer una respuesta exhaustiva, es decir, capaz de
contemplar todos los factores que están en juego. De hecho, la concepción individualista resuelve el problema
eliminando uno de los polos de la tensión. Y una solución que debe eliminar uno de los factores en juego,
simplemente no es una verdadera solución.

La petición cada vez más insistente de reglas muestra hasta qué punto este planteamiento es equivocado.
Cuanto más se concibe al otro como un enemigo potencial, tanto más se pone de manifiesto la necesidad de
una intervención exterior para gestionar los conflictos. Esta es la paradoja de la modernidad: cuanto más
fomenta el individualismo, tanto más obligada se ve a multiplicar las reglas para controlar al "lobo" potencial
que cada uno de nosotros podría llegar a ser. El fracaso clamoroso de este planteamiento está hoy a la vista de
todos, a pesar de los intentos por esconderlo. Nunca habrá reglas suficientes para amaestrar a los lobos.
Este es el resultado tremendo que se obtiene cuando todo se basa sobre la ética y no sobre la educación, es
decir, sobre una relación adecuada entre mi persona y los demás.

Pero el corazón del problema no es tanto la incapacidad de las reglas. La verdadera cuestión es que el
individualismo está fundado sobre un gigantesco error: pensar que la felicidad equivale a la acumulación. En
este aspecto, la modernidad demuestra de nuevo la falta de conocimiento de la naturaleza auténtica del
hombre, de esa desproporción estructural de leopardiana memoria. Y esto hace que el individualismo, además
de ser equivocado, resulte inútil para resolver el drama del hombre.
A esto haría falta añadir un engaño ulterior, proclamado por el poder dominante: que se puede ser feliz
prescindiendo de los demás.
3. Para responder adecuadamente a nuestro problema, el punto de partida es la experiencia elemental, que
cada uno de nosotros puede reconocer lealmente en sí mismo: «Cualquier hombre de buena voluntad, frente al
dolor y a la necesidad, inmediatamente se pone manos a la obra, demuestra generosidad» (L. Giussani, El yo,
el poder, las obras, Encuentro, Madrid 2001, p. 114).

Pero este sentimiento natural de generosidad no tiene posibilidad de mantenerse en el tiempo sin razones
adecuadas: «La solidaridad es una característica instintiva de la naturaleza humana (en unos más que en
otros), pero no hace historia, no crea obras; como mucho, se queda en una emoción o en la respuesta reactiva
a una emoción. Y una emoción no construye» (Ibidem, p. 116).

¿Cómo sostener esta experiencia elemental ante la necesidad? Don Giussani se hacía esta pregunta hace años,
en una asamblea como ésta de hoy: «¿Cómo puede el hombre mantener vivo este "corazón" frente al cosmos
y, sobre todo, frente a la sociedad? ¿Cómo puede mantenerse en la positividad y el optimismo (porque no se
puede obrar sin optimismo)? La respuesta es que solo no se puede, pero sí implicándose con otros.
Estableciendo una amistad operativa (convivencia, compañía o movimiento): es decir, una asociación más
copiosa de energías basada en el reconocimiento mutuo. Esta compañía será más consistente cuanto más
permanente y estable sea el motivo por el que nace. Una amistad que nazca del interés económico dura lo que
dure el juicio acerca de su utilidad. Por el contrario, una compañía, un movimiento que nazca de la intuición de
que el objetivo de una empresa excede los términos de la empresa misma y que ésta es un intento de
responder a otra cosa mucho más grande, en fin, un movimiento que nazca de la percepción de ese corazón
que todos tenemos y que nos define como hombres, establece una "pertenencia"» (Ibidem, pp. 86-87).
Esta experiencia elemental muestra que el otro es percibido como un bien, hasta el punto de que se pone en
movimiento la solidaridad y llega a generarse un pueblo que responde a la necesidad. Por eso sentimos la
necesidad de juntarnos para ser sostenidos en nuestro ímpetu inicial. Esta posición ha permitido a muchas
personas mantenerse en pie, más que muchas proclamas vacías.

La pertenencia como ayuda a la experiencia elemental también es el método para corregir la reducción,
continua e inevitable, de dicha experiencia elemental en la vida y en la acción. No somos ingenuos, optimistas
ni utópicos al estilo de Rousseau. Conocemos bien nuestro límite, el pecado personal y social, y por eso –como
dice don Giussani en el discurso de Assago de 1987 (en El yo, el poder, las obras, op. cit., pp. 151-156)– la
pertenencia a movimientos corrige continuamente, en quienes participan en ellos, este error, educándoles
continuamente en la belleza, la verdad y la justicia. En vez de estado policial, educación en una pertenencia.
Pero en tiempos de crisis, ni siquiera la tensión ideal y la amistad operativa pueden resistir a la tentación del
individualismo, si no encuentran una razón adecuada. Debemos tener siempre claro el equívoco en el que
incurrimos demasiado a menudo: sustituir una amistad, nacida para sostener el camino del "yo", con un
proyecto de éxito hegemónico que pasa a través del poder político-social. Esto no es capaz de mantenerse ante
las tormentas de la vida.

Por este motivo, la situación actual se transforma en una ocasión privilegiada para que madure la conciencia de
por qué estamos juntos, para aclarar las razones, de modo que se pueda resistir a cualquier tsunami.
4. Sin una razón adecuada, no existe posibilidad de resistir y, por tanto, de construir algo que tenga una
perspectiva de duración en el tiempo. Sólo algo que sea más consistente que cualquier eventualidad puede
constituir un fundamento adecuado para construir. ¿De qué se trata?

Para responder a esta pregunta, permitidme una confidencia personal. Cada año tengo que hablar con aquellos
que, después de años de noviciado, piden la admisión definitiva en la asociación Memores Domimi. En estas
ocasiones, siempre me surge una pregunta: entre todos los aspectos particulares que constituyen la vida, ¿en
qué debo fijarme para ayudarles a comprender si es razonable o no dar este paso tan decisivo en su vida?
Como yo no sé la forma en que el Misterio les llevará al destino, qué situaciones o circunstancias les hará pasar
el Señor, la única garantía que les permitirá afrontar cualquier eventualidad es que cada uno haya hecho una
experiencia que, suceda lo que suceda, no pueda quitársela de encima. Una experiencia que pueda sostener
toda la vida. Y me viene a la mente una frase de santo Tomás familiar para muchos de vosotros, que expresa
sintéticamente la clave de la cuestión: «La vida del hombre consiste en el afecto que principalmente lo sostiene
y en el que encuentra su mayor satisfacción» (Summa Theologiae, II-II, q. 179, a. 1). Solamente un afecto en
el que uno haya encontrado la mayor satisfacción puede sostener toda la vida.

¿Puede existir un afecto así? ¿Existe un afecto que corresponda tanto a nuestra espera que pueda convertirse
en un fundamento capaz de resistir en cualquier batalla? O, expresado con otras palabras más apropiadas para
la ocasión de hoy: ¿existe un afecto que satisfaga más que cualquier individualismo?

Como el hombre es exigencia de totalidad, sólo algo que sea total puede corresponder a tal exigencia. Sólo ha
habido en la historia un hombre que tuviera tal pretensión: Jesús de Nazaret, el Misterio hecho carne. Sólo uno
que ha tenido la gracia de encontrar un don así, puede comprender cuál es esa satisfacción que permite
sostener toda la vida. Así pues, sólo será posible resistir al individualismo si hemos recibido un bien
inconmensurable como éste.

Éste es el realismo cristiano: «Porque si Dios no se hubiera hecho hombre, nadie podría plantear su vida con
esta gratuidad, ninguno de nosotros se atrevería a mirar a su vida con esta generosidad» (L. Giussani, El yo, el
poder, las obras, op. cit., p. 122).

Se comprende mejor el comienzo de la reciente encíclica del Papa: «La caridad en la verdad, de la que
Jesucristo se ha hecho testigo con su vida terrenal y, sobre todo, con su muerte y resurrección, es la principal
fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad» (Benedicto XVI, Caritas in
veritate, 1).

¿Por qué? Porque «todo proviene de la caridad de Dios, todo adquiere forma por ella, y a ella tiende todo. La
caridad es el don más grande que Dios ha dado a los hombres, es su promesa y nuestra esperanza» (Ibidem,
2).
Esta caridad ilimitada de Dios para con nosotros, más satisfactoria que ninguna hipótesis de individualismo, nos
hace a su vez sujetos de caridad: «Los hombres, destinatarios del amor de Dios, se convierten en sujetos de
caridad, llamados a hacerse ellos mismos instrumentos de la gracia para difundir la caridad de Dios y para tejer
redes de caridad» (Ibidem, 5).

De la sobreabundancia de la caridad, de la plenitud del amor del que hemos sido objeto, puede brotar la
gratuidad. ¡No de una carencia, sino de una sobreabundancia!
«La verdad originaria del amor de Dios, que se nos ha dado gratuitamente, es lo que abre nuestra vida al don y
hace posible esperar en un "desarrollo de todo el hombre y de todos los hombres", en el tránsito "de
condiciones menos humanas a condiciones más humanas", que se obtiene venciendo las dificultades que
inevitablemente se encuentran a lo largo del camino» (Ibidem, 8).

Sin esto no podremos seguir construyendo por mucho tiempo. Hace veinticinco años, don Giussani le decía a un
grupo de universitarios que «nosotros no podemos continuar siendo tan activos y producir lo que hemos
producido en estos años feroces sin la comunión; pero la comunión, sin Cristo, no se mantiene en pie. La razón
de la comunión es Cristo. Sólo el pensamiento de Cristo, sólo la relación con Cristo genera la condición por la
cual puedo permanecer en la compañía sin sentirme alienado, es decir, el amor a mí mismo, el amor a los
demás como reflejo del amor a mí mismo. Por eso digo que no se puede permanecer en el amor a sí mismos si
Cristo no es una presencia, como es una presencia la madre para el niño […]. Si Él no es presencia, si no ha
vencido a la muerte, es decir, si no ha resucitado y, por tanto, si no es el dominador de la historia –por lo que
el tiempo no es capaz de detenerle, el espacio y el tiempo no lo delimitan–, si no tiene en su mano la historia,
si no es el Señor del tiempo y del espacio, si no es el Señor de la historia, si no es mío como lo fue de Juan
hace dos mil años, si Tú no eres presencia real para mí, oh Cristo, yo vuelvo a ser nada. Por tanto, el cambio
que necesito es el reconocimiento de Tu presencia, el reconocimiento continuo de Tu presencia. La conversión
es como uno que va por la calle, como si yo estuviese andando lleno de buenos pensamientos sobre Él y en un
cierto momento me diese la vuelta (conversio) y Le viese presente. Todo es distinto, el camino se convierte en
algo distinto. La justicia es esta fe, y la fe es reconocimiento de esta Presencia. Cristo ha resucitado, es decir,
Cristo es contemporáneo del tiempo, es contemporáneo de la historia. Ahora bien, éste es el cambio profundo
que implica el sujeto nuevo, la criatura nueva: la fe en Cristo crucificado y resucitado, en donde el "crucificado"
es la condición para ser resucitado. Por tanto yo no podré escandalizarme si la condición para vivir la alegría
que Él me ha prometido es la cruz, es más, esta será la demostración fascinante de que incluso el dolor, la cruz
y la muerte se convierten en alegría. Como dice san Pablo, "estoy lleno de alegría, desbordo de alegría en mi
tribulación": humanamente es algo inconcebible, es decir, es otro ser, es otro mundo que está presente y que
debemos, desde nuestra pobreza, reconocer, reconocer cada vez con mayor fuerza, de forma que se vuelva
cada vez más habitual, más familiar, para que nuestra presencia en el mundo sea cada vez más redentora, es
decir, sea cada vez más humanizadora de nosotros mismos y de los demás» (L. Giussani, Qui e ora (1984-
1985), BUR, Milán 2009, pp. 76-78).

Dicho de otra forma, «para poderse amar a sí mismos, para poder obrar mucho, hace falta estar juntos; para
poder estar juntos hace falta reconocer un amor a sí mismo que permita amar también a los demás, y por tanto
que obre el cambio grande que es el amor a la gente y a uno mismo considerado como relación hacia el
destino. Pero esto sólo es posible por una Presencia; no es posible si Cristo […] no ha resucitado, es decir, si no
es contemporáneo. Entonces, reconocer esta contemporaneidad, esta presencia en mi gesto, esta compañía en
mi camino, es el primer y fundamental gesto de libertad que permite todos los demás, es más, que permite e
incita todos los demás» (Ibidem, pp. 82-83).

Una experiencia así puede superar definitivamente el individualismo: el "nosotros" entra en la definición del
"yo".
Y por este motivo podemos, entonces, imitar a Dios. No porque seamos capaces, sino porque somos preferidos
por Él: «En nuestros propósitos y proyectos nosotros tenemos en cuenta todo lo que hace falta para llevarlos a
cabo de un modo realista. Pero, además de esto, debemos provocar o tratar de provocar, a imitación del Señor,
una emoción que no entra en los cálculos para organizar las cosas, sino que nace y se dirige directamente al
compañero, al hombre, en forma de amistad, gratuitamente. Esto es la caridad. Ayudar gratuitamente al
vecino, a un hombre, a resolver y responder a la necesidad que tenga, sea del tipo que sea: desde la necesidad
del pan a las necesidades del alma. Solventar o ayudar a solventar la necesidad por la que cualquier hombre
llora y sufre. Tener presente esta caridad es algo que quienes nos rodean consideran una locura en el mundo
de hoy. Dicen: "Sí, esto es idealismo"; lo que equivale, en su lenguaje, a decir: "Es una estupidez. Estás loco.
¡Es mejor que mires a lo que tienes que hacer! Deja esa sobreabundancia que puede alterar el resultado de tu
actividad". Si estáis aquí es porque, en vuestro compromiso de trabajo, en vuestra tarea organizativa, en la
realidad que conocéis y en vuestra compañía habéis encontrado un motivo para actuar, más allá de lo que
debéis hacer o realizar, en una gratuidad que no puede calcularse y que no da lugar al cálculo. Sólo Dios está
más allá de cualquier posibilidad de cálculo. Por eso vuestro trabajo es, y debe tender a ser, imitación de Dios
o, mejor dicho, imitación de Cristo» (L. Giussani, El yo, el poder, las obras, op. cit., pp. 121-122).
Esta imitación de Dios no es algo que podamos hacer con nuestras energías. Existe la posibilidad de imitar a
Dios porque Él mismo nos da esa caridad con la que podemos imitarLe. Por eso, «la caridad es un factor que
contesta y penetra en todos los demás factores; la caridad es lo más grande de todo. Engendra un pueblo que
no puede nacer más que de algo gratuito. Los mejores cálculos no pueden hacer que brote el fenómeno más
alto de la expresión humana, que es la realidad de un pueblo. […] Entre nosotros ha nacido un pueblo por una
gratuidad que imita, que trata de imitar la sobreabundancia y la gracia con las que Cristo vino y permanece
entre nosotros. Lo que conviene más a la vida es, en efecto, la gratuidad, cuando penetra en las entrañas de
nuestros cálculos» (Ibidem, p. 122).

Que la gratuidad penetre en las entrañas de nuestros cálculos debe estar siempre ante nosotros como ideal,
como algo a lo que tender. Porque nosotros, siendo todos pecadores, no estamos en absoluto exentos de la
decadencia de la gratuidad que se precipita en un puro cálculo, imaginándonos que seremos preservados sólo
por pertenecer a una amistad como la nuestra. El riesgo, que no es sólo un riesgo, de enrocarnos en una
defensa corporativa de lo que hacemos, que tal vez incluya un proyecto de hegemonía política, está siempre al
acecho. Que la gratuidad sea la máxima conveniencia significa una carrera en la búsqueda del bien que pasa
por el respeto de las leyes, pero que hace que esta gratuidad se convierta en afecto, en construcción para el
bien común, en corrección sin reticencias frente a la caída continua.

Resulta más clara entonces nuestra auténtica finalidad: no crecer en tamaño y en poder, sino que las obras
sean ejemplo de una diferencia humana que la gente percibe y que produce en ella un asombro, porque esta
diferencia testimonia a Otro. Esta es la respuesta a la regeneración continua de la vida pública. Esta es la
moralidad que necesita nuestro país.

Ciudad  Autónoma de Buenos Aires
ARGENTINA

21 de diciembre de 2009

14 de diciembre de 2009

El poder y la Iglesia

Argentina

El poder y la Iglesia

Horacio Morel (Buenos Aires)14/12/2009

"La Iglesia debe ocuparse de temas espirituales", ha dicho el jefe de gabinete Aníbal Fernández. Así opinó en público ante versiones periodísticas que se referían a supuestas críticas provenientes de fuentes eclesiales a la instrumentación de la "Asignación universal por hijo" implementada por el Gobierno nacional.

 

Cercana la Navidad, hoy como hace dos mil años en tiempos de Herodes, la Encarnación supone para el poder una realidad incómoda. La Iglesia en la Argentina ha asumido históricamente un serio compromiso con la democracia y las instituciones, reclamando con celo y regularidad gestos de patriotismo, servicio y responsabilidad a los gobernantes de turno.

En muchas ocasiones, esas críticas -ya sean formuladas por prelados a título personal o en ejercicio de sus funciones específicas, ya sean emanadas orgánicamente de la Conferencia Episcopal- resultan molestas para los políticos, quienes, como el jefe de gabinete, preferirían una Iglesia recluida a los límites de los muros de los templos. Aunque después, a la hora de implementar programas sociales o educativos, busquen en Cáritas o en las escuelas católicas el medio adecuado para llegar capilarmente a la sociedad entera.

Comunión y Liberación salió al cruce de las declaraciones del funcionario con un manifiesto en el que resalta que el cristianismo no es sólo un acontecimiento histórico, sino también un hecho actual y presente, precisamente en la realidad llamada Iglesia, sociológicamente Pueblo de Dios, ontológicamente Cuerpo de Cristo, y que la Iglesia y los cristianos tienen derecho a opinar sobre todo, y no por un imperativo ético, sino por una exigencia vital y por una expresión cultural.

¿Con qué derecho se pretende confinar a la Iglesia al sólo ámbito de las conciencias? ¿A quién le interesa realmente una fe que no tenga nada que ver con la realidad?

Dice el manifiesto de CL Argentina que la Iglesia es "una realidad viviente que no envejecerá nunca", cuya "fuerza es una fuerza presente" (John Henry Newman), un hecho presente que es un gusto de vida nueva y que, como tal, juzga con criterio propio toda la existencia, personal y social. Destaca que la fe es una experiencia sólo cuando tiene que ver con toda la vida y cuando se llega a reconocer el Misterio bueno en las circunstancias de la vida: la familia, las relaciones, el trabajo, el afecto, la política. La alternativa a esta experiencia, dice CL,  es la de soportar lo mejor posible las circunstancias que nos tocan, relegando la fe a la ritualidad de lo privado, y que desde siempre ésta ha sido la pretensión del poder frente al cristianismo y la Iglesia, reduciéndolos a factores sentimentales o éticos pero sin incidencia en la vida real de los hombres y los pueblos.

La sentencia del político implica una reducción inaceptable, y al mismo tiempo un desafío para los católicos de redescubrir el carácter totalizante de la fe.

cdo area empresas
Ciudad  Autónoma de Buenos Aires
ARGENTINA

23 de noviembre de 2009

Fw: newsletter pan dulce para empresas e interesados


Estamos produciendo pan dulces totalmente artesanales y de alta calidad para las fiestas de fin de año.

Daniel Dominguez
Director CFP - Plaza de artes y oficios - Obra del Padre Mario

plazadeartesyoficios@padremario.org
cel. 1553 455015 - lab. 02202 42 07 26
l a v de 14 a 20 hs


19 de noviembre de 2009

Asamblea CDO internacional

Los invitamos a todos a ver la Asmablea General de la CDO en MILANO, de este domingo 22 desde las 10.00 hs Italiana, con las intervenciones de Julián Carrón, Berfnardh Sholtz y Giorgion Vittadini.
 

DIRETTA WEB
Domenica sarà possibile seguire i lavori dell'assemblea generale della Compagnia delle Opere
in diretta streaming su ilsussidiario.net
a partire dalle ore 10 di domenica 22 novembre 2009.
Interverranno:
Bernhard Scholz, Don Julián Carrón e Giorgio Vittadini

CdO Argentina Area Empresa
www.cdoargentina.org.ar

30 de octubre de 2009

JORNADA CDO - MISION Y BELLEZA: LO QUE MUEVE AL CORAZON, MUEVE LA EMPRESA

 
CdO Area Empresa
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17 de octubre de 2009

Invitación: Cleuza y Marcos Zerbini en Argentina



Pobreza y Desarrollo: El Protagonismo de la Persona

Diálogo Abierto con Cleuza y Marcos Zerbini (de Sao Paulo, Brasil)
La Compañía de las Obras y el Centro Cultural Charles Péguy invitan a un Diálogo con Cleuza y Marcos Zerbini, fundadores y dirigentes de la Asociación de Trabajadores Sin Tierra de la ciudad de São Paulo (Brasil). El miércoles 21 de octubre, a las 19hs, en el Auditorio Santa Cecilia (A. M. de Justo 1500) de la UCA, Puerto Madero, con ingreso libre y gratuito.
Marcos Zerbini (diputado en el Congreso del estado de Sao Paulo y ex-concejal del Municipio de Sao Paulo durante dos períodos) dirige, junto con Cleuza Ramos, la Asociación de los Trabajadores Sin Tierra de Sao Paulo, movimiento social creado hace 20 años que ha respondido a las necesidades de vivienda, educación, salud, de más de 100 mil personas de las zonas más pobres de la ciudad. Su trabajo ha sido reconocido por los sucesivos alcaldes y gobernadores así como por personalidades de todos los ámbitos, dentro y fuera de Brasil.

Han logrado realizar un camino educativo con las miles de personas con las que se han ido encontrando, lejos del asistencialismo y clientelismo al uso. Empezando por la necesidad de vivienda (primer gran objetivo de la asociación) han llevado a cabo mejoras urbanas en 14 zonas de la ciudad, posibilitando el acceso a servicios básicos, salud y educación para sus habitantes. En los últimos años, han posibilitado el acceso a la educación universitaria a una multitud de jóvenes a través de acuerdos con las principales universidades privadas de Sao Paulo.
Notas de referencia:

. www.huellas-cl.com/articoli/octu03/antedosp.html
. www.abc.com.py/abc/nota/31972-Organizaci%C3%B3n-y-ahorro-son-claves--para-el-techo/

La Compañía de las Obras (http://www.cdoargentina.org.ar/ ) es una organización sin fines de lucro, destinada a vincular empresarios y emprendedores, a través de una red que permite intercambiar experiencias, sugerencias y formación; a fin de promover, difundir una cultural empresarial y apoyar la creación de nuevas iniciativas de trabajo, tanto con fines de lucro como sin ellos.

El Centro Cultural Charles Péguy  (http://www.centroculturalcharlespeguy.org/) trabaja con el objetivo de valorar los signos de humanidad dentro del contexto actual, abriendo un espacio de diálogo entre todos los hombres y sus organizaciones; en busca de aquello que pueda ser un aporte a la felicidad y la verdad del hombre.

dias y horarios de los encuentros:


Martes 20/10: a las 18hs. en la Aula Magna del Edificio de Química de la UNLP, Calle 47 y 115, La Plata. Organizado por la Secretaría de Extensión Universitaria de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata.

Miércoles 21/10: a las 11hs. en el Salón de Usos Múltiples del Colegio de la Obra del Padre Mario Pantaleo, calle Conde 5685, González Catán. Organizado por la Obra del Padre Mario Pantaleo.

Miércoles 21/10: a las 19hs. en el Auditorio Santa Cecilia de la Universidad Católica Argentina, A. Moreau de Justo 1500, Puerto Madero, Buenos Aires. Invita la Compañía de las Obras y el Centro Cultural Charles Péguy.

En adjunto enviamos una versión imprimible de la invitación para el encuentro que se realizará en Buenos Aires y la gacetilla de prensa para su difusión.


los esperamos !
Cdo Area Empresa

16 de septiembre de 2009

Invitación a Seminario sobre Caritas in Veritate


Estimados socios y amigos de la CdO:


Les hacemos extensiva esta invitacion a participar del Seminario sobre "Caritas In Veritate" donde expondrán destacados profesionales y amigos nuestros.

La entrada es libre y gratuita y sólo hace falta inscribirse enviando un mail a cursodsi@gmail.com
Saludos

CdO Argentina.

8 de septiembre de 2009

Visita del Padre Julián Carrón a la Argentina

Estimados socios y amigos de la CDO:
 
La Compañía de las Obras tiene el agrado de invitar a Ud. a participar del encuentro "La Fe, ¿Creencia o Evidencia?", con la presencia del Padre Julián Carrón, Presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación, que se llevará a cabo:
 
  • En Buenos Aires: el martes 15 de Septiembre a las 20:00 hs. en el Auditorio San Agustín de la Pontificia Universidad Católica Argentina, sita en Alicia Moreau de Justo 1300, Puerto Madero, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
  • En Santa Fe: el miércoles 16 de Septiembre a las 11:30 hs. en la Sala Mayor del Teatro Municipal 1º de Mayo, sito en San Martin 2020 de la Ciudad de Santa Fe.
 
Compañía de las Obras
Argentina

7 de agosto de 2009

TEXTOS de EDUCACIÓN SEXUAL: UNA IMPOSICIÓN DESTRUCTIVA.

TEXTOS de EDUCACIÓN SEXUAL: UNA IMPOSICIÓN DESTRUCTIVA.

En el manual de educación sexual para escuelas secundarias que repartió el Ministerio de Educación de la Nación, se sitúan en el mismo plano los vínculos del matrimonio, del parentesco y de la filiación, con todas las relaciones efímeras, pasajeras y precarias. De este modo, se relativiza el ideal de la relación amorosa, que sirve de orientación a la sociedad para estructurarse como ámbito para la educación de las personas.

Este relativismo juega en contra de una mirada que posibilite el normal y pleno desarrollo de nuestros hijos. Se los pretende educar para la incapacidad de amar a las personas y de vivir con responsabilidad y lealtad los vínculos.

La educación sexual debe apelar al sentido de responsabilidad respecto del otro; partiendo de la pregunta: y yo ¿quién soy?

El contenido de los textos aludidos privilegia la autonomía y la independencia de la sexualidad de cada uno, educando sujetos egocéntricos que, escudándose en la autosuficiencia, escapan de cualquier relación concreta y real.

La sexualidad narcisista que proponen no es camino para una vida plena, es una forma más de la ideología nihilista de la "exclusión del sujeto".

 La educación que buscan imponer, condena a una inevitable soledad y al miedo "líquido" del abandono, por parte de todos "esos otros" que también temen y son incapaces de relaciones reales, tal como resulta observable y comprobable en los diversos sectores de nuestra comunidad.

El sexo asocial que quieren imponer en la educación, conduce a la fragmentación de todo vínculo humano, y por eso también del pueblo, instalando las condiciones de dominación desde un estatismo inhumano.

¿Qué significa una relación amorosa que ama la vida como don? Es una relación que corresponde al deseo de construir la propia vida y de permanecer en la historia con alguien amado a quien se elige como compañero en el camino único e insustituible hacia el destino personal.

La Iglesia, madre y maestra, hoy ha señalado que el estado no puede imponer ideologías que vulneren el derecho constitucional a educar a nuestros hijos con libertad. Hacemos público nuestro apoyo a las declaraciones del arzobispo Agüer, avaladas por el cardenal Bergoglio.

Perseverar en el esfuerzo cotidiano de ser fieles a un lugar humano, es ofrecer a nuestros hijos una propuesta educativa en el amor real, que los constituye capaces de vivir una humanidad plena y generosa, y de forjar auténticos vínculos solidarios con todas las personas, persiguiendo el ideal de una vida buena para todos, como Cristo mismo hoy nos lo propone.

Un pueblo que se concibe como familia de familias es un pueblo que construye a partir de las exigencias originales del corazón humano y así vive mejor la alegría y los dolores de la existencia. Esto es posible en un camino de verdad que se construye arriesgando nuestra libertad en la aventura cotidiana. Así realizamos nuestra historia personal sin pretender ni desear que la política y el poder del Estado substituya nuestro protagonismo.

 

ESCUELA para la SUBSIDIARIEDAD

Agosto 2009

CdO
Ciudad  Autónoma de Buenos Aires
ARGENTINA

Homilía del cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, en el Santuario de San Cayetano de Liniers (7 de agosto de 2009)

"Con San Cayetano buscamos justicia,

pan y trabajo"

 

Homilía del cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, en el Santuario

de San Cayetano de Liniers

(7 de agosto de 2009)

 

El lema de este año es "Con San Cayetano buscamos justicia, pan y trabajo". Decimos "con" San Cayetano. Buscamos la justicia, el pan y el trabajo con el Santo. No buscamos solos. San Cayetano está con Jesús. Con el Niño Jesús en brazos. Y Jesús está con nosotros. Es el Dios con nosotros. Para buscar juntos la justicia, el pan y el trabajo estamos todos juntos, compartimos la vida, los sentimientos: "Tengan los sentimientos de Jesús", nos dice la primera lectura.

En el evangelio escuchamos que Juan el Bautista mandó a sus discípulos a preguntarle personalmente a Jesús: "¿Sos Vos el que ha de venir a salvarnos o debemos esperar a otro?" Ellos salieron a buscar a Jesús y ¿dónde lo encontraron? Lo encontraron con la gente. Jesús no estaba en un lugar inaccesible, sino metido entre la gente, bendiciendo, curando, conversando, llamando a cada uno por su nombre… El está con todos, pero especialmente con los que están con los demás, como San Cayetano. Jesús está con los que son solidarios: donde hay un pesebre –donde alguien levanta una casillita humilde para estar con su familia- allí está Jesús; donde hay alguien acompañando al que carga con una cruz, una persona enferma o necesitada, allí está Jesús; donde hay alguien sirviendo a los demás, multiplicando el pan, compartiendo el abrigo, allí está Jesús; donde están la Virgen y los Santos, que nos juntan como pueblo para rezar, allí está Jesús.

El Señor y sus Santos están con nosotros. Y están de verdad. Quiero decir que se juegan por nosotros, que nos conocen. Jesús conoce el rostro de cada uno de los peregrinos y peregrinas que estamos aquí, buscando, con San Cayetano, justicia, pan y trabajo.

Mientras hacemos la cola recordamos los rostros de nuestros seres queridos, mientras vamos agradeciendo y pidiendo, es bueno que le preguntemos a Jesús: ¿Sos Vos, Señor, nuestro único Salvador o debemos esperar a otros? Lo que pasa es que vivimos situaciones de pobreza, de falta de trabajo…, o estas enfermedades que nos afectan masivamente, la gripe, el dengue…, y que pegan más duro por la falta de justicia. Todo esto nos lleva a que le preguntemos al Señor: "Señor, ¿estás de verdad en medio de tu pueblo? ¿ Es verdad que caminás con tu pueblo? Mirá que hay gente que opina que no se puede esperar nada de nadie. Hay gente que ni siquiera se pregunta, que ya tiró la toalla. Pero es bueno hacer estas preguntas. Fijando la mirada en San Cayetano, mirando a la gente que nos acompaña, es bueno preguntarle a Jesús.

Si leemos bien el evangelio nos damos cuenta de que Jesús no respondió inmediatamente a los enviados de Juan. Se tomó su tiempo; se puso a curar a mucha gente de sus dolencias del cuerpo y también de las enfermedades del alma. Jesús devolvió la vista a muchos ciegos y la fe a muchos que andaban medio desencantados. Recién entonces, después de atender personalmente a cada uno, les respondió a los enviados de Juan: "Vayan a contar a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los paralíticos caminan, los leprosos son purificados y los sordos oyen, los muertos resucitan y la Buena Noticia es anunciada a los pobres".

Como siempre, Jesús responde con hechos más que con palabras: "Vayan a contar a Juan lo que han visto y oído". ¿Y qué han visto y oído? Han visto y oído a la gente. Jesús les hace mirar Rostros: la cara de alivio de la gente que ha sido curada, los rostros alegres de los que han recibido su Palabra, los ojos admirados de los que recuperaron la vista, la mirada digna de los que se pusieron de pie… Esos rostros valen más que mil palabras. En el rostro de esa gente ya se vislumbra la respuesta a la pregunta de Quién es Jesús. "A Jesús lo vemos en el rostro de la gente que lo quiere y que da testimonio de que Él es el que la ha confortado y salvado" (Aparecida 14). A Jesús "lo encontramos de un modo especial" en el rostro de "los pobres, afligidos y enfermos (…), de nuestros hermanos queridos que nos dan testimonio de fe, de paciencia en el sufrimiento y de constante lucha para seguir viviendo. ¡Cuántas veces los más pobres y los que más sufren son realmente los que nos evangelizan!" (Aparecida 257). Cuando nos animamos a mirar bien a fondo el rostro de los que sufren se produce un milagro: aparece el Rostro de Jesús. Por eso les digo: ¡No tengan miedo de mirar los ojos de los que sufren!, verán el Rostro de Jesús y Él les transmitirá su fuerza y su paz, los confortará a ustedes al mismo tiempo que ustedes confortan a los demás; pero los rostros hay que verlos de cerca, estando con los otros. "Cuanto hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron" (Mt 25, 40)". Mirando rostros el corazón se nos llena "de los sentimientos de Jesús", como dice San Pablo. Y entonces comenzamos a buscar la justicia, el pan y el trabajo con hambre y sed de verdaderos cristianos. Porque el mundo de hoy es muy cruel: primero excluye borrando los rostros de la gente para luego no sentir nada cuando los desprecia y desecha como sobrantes (cfr. Aparecida 65). En nuestra ciudad hay gente que tiene sitio, que tiene cabida y gente que "sobra" ... y que son dejados de lado como "descarte" en verdaderos volquetes existenciales. El mundo de hoy borra los rostros reales haciendo que los veamos sólo por la TV. No es lo mismo. En la TV hay imágenes que pasan a mil. Uno ve todo y no ve a nadie. Uno ve pero no siente! Aquí en cambio, ¡qué distinto! Nos miramos a la cara. Nosotros pasamos delante de San Cayetano para que nos vea la cara. Nosotros queremos contemplar un momento su rostro y el del Niño. Esperamos horas y horas sólo para ver sus rostros y que ellos nos vean un instante a nosotros. Parece poco. Pero esta gracia nos basta. Con esta cercanía del Señor y de nuestro Santo Patrono salimos reconfortados.

Salimos llenos de fe, salimos a buscar, con San Cayetano, justicia, pan y trabajo. Salimos a buscarlo juntos y para todos. A buscarlo poniendo especial atención en aquellos "rostros sufrientes que nos duelen", porque es una injusticia que, en nuestra Patria bendita, a tantos les falte el trabajo y el pan. No puede ser.

Quisiera que terminemos rezando aquella Oración tan linda que rezamos en la Novena del 2002:

Necesitamos ver tu rostro,
guardar las palabras de tu boca,
hablarte al oído.
Dejarnos mirar por tus ojos
y al besarte, Cristo, encontrar en ti los rasgos de tu Madre,
de tus Santos, de tu pueblo sufrido.
Queremos ver tu rostro
Dios amigo Compañero de camino.
Amén

Card. Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos Aires

 

Cdo Empresas
Ciudad  Autónoma de Buenos Aires
ARGENTINA

16 de julio de 2009

Encíclica Caritas in Veritate, valiosa brújula para los desafíos del desarrollo

Encíclica Caritas in Veritate, valiosa brújula para los desafíos del desarrollo

http://www.paginasdigital.es/v_portal/informacion/informacionver.asp?cod=1072&te=&idage=&vap=0&codrel=217

16/07/2009

Páginas Digital publica una valoración de Bernard Scholz, presidente de la Compañía de las Obras de Italia, sobre la encíclica Caritas in veritate, que califica como un instrumento de gran utilidad para afrontar los retos de la situación actual. La Compañía de las Obras está formada por más de 35.000 empresas y entidades del tercer sector.  Hoy jueves 16 de julio, a las 20.30 horas,  Bernard Scholz pronunciará la conferencia "El trabajo y la crisis" en el salón de actos del Colegio Internacional J. H. Newman (Avenida de Guadalajara 28, de Madrid).

 

Con la encíclica Caritas in Veritate el Papa Benedicto XVI proporciona al mundo una brújula valiosísima para afrontar los grandes desafíos del desarrollo cultural y económico a nivel global. Como ya sugiere el título, el Papa sitúa la caridad en la raíz de una sociabilidad orientada al bien de cada persona concreta. Esta caridad encuentra a su vez el origen en el hecho de que los hombres son destinatarios del amor de Dios e instrumentos de la difusión de esta caridad recibida a través de la cultura, la economía y la política.

Refiriéndose al gran postulado de la encíclica de Pablo VI Populorum Progressio, el Papa Benedicto pone en el centro de sus consideraciones el "desarrollo integral del hombre y por todos los hombres", recordando que sin la búsqueda de la verdad todos los intentos por construir una vida más humana se acaban volviendo en contra del hombre y de la sociedad.

Frente a la tendencia difusa que querría confiar exclusivamente este desarrollo a las instituciones políticas y económicas, hemos de asumir la llamada urgente del Papa a la responsabilidad individual de cada persona, de los agentes sociales y de la propia sociedad civil como protagonistas auténticos de una "nueva síntesis humanística" que tenga como fin convertir la nueva "interdependencia global" en una "auténtica hermandad". La Compañía de las Obras acoge con gratitud la invitación de Benedicto XVI a profundizar en la conciencia del origen y la finalidad de la vida social, de la vida económica y de la cooperación internacional, especialmente con los países en vías de desarrollo.

Nos sentimos particularmente fortalecidos por la llamada de la encíclica cuando afirma que "se pueden vivir relaciones auténticamente humanas, de amistad y de sociabilidad, de solidaridad y de reciprocidad, también dentro de la actividad económica y no solamente fuera de ella o 'después' de ella", y en consecuencia reconociendo tanto en la economía como en el trabajo una expresión auténtica del deseo humano que, precisamente en estos momentos históricos, pide ser liberada de falsificaciones y manipulaciones. Intentaremos promover las indicaciones de la encíclica que conciernen a la defensa de la vida y su dignidad, los principios de solidaridad y subsidiariedad, la función social de la empresa, la educación y la formación, y la defensa del medio ambiente.

También esta nueva encíclica está impregnada por la continua insistencia de Benedicto XVI sobre un amplio y pleno uso de la razón, iluminada y purificada por la fe para afrontar los problemas y dificultades que la vida nos presenta. Pero, además de la relación entre fe y razón, en esta ocasión el Papa nos propone de modo particular el nexo profundo entre razón y caridad que asumimos como un nuevo desafío a vivir, como dice la encíclica, un "amor rico en inteligencia" y una "inteligencia llena de amor".

CdO Empresas
Ciudad  Autónoma de Buenos Aires
ARGENTINA

10 de julio de 2009

"Encíclica: la economía del Papa es más real"

Entrevista a Giorgo Vittadini, presidente de la Fundación Subsidiariedad

"Encíclica: la economía del Papa es más real"

Gian Guido Vecchi10/07/2009

fuente: http://www.paginasdigital.es:80/v_portal/informacion/informacionver.asp?cod=1064&te=&idage=&vap=0&codrel=208

En la encíclica de Benedicto XVI se afirma que el desarrollo debe dejar espacio al "principio de gratuidad", ¿es una utopía?

Incluso una máquina para cepillar la madera puede ser un aspecto de la gratuidad.

 

¿Qué quiere decir?

Piense en el mundo de las pequeñas y medianas empresas, en las muchas personas que buscan el beneficio, pero como instrumento del bien común, para vivir y hacer vivir mejor.  Son los emprendedores a los que gusta hacer empresas y hacer las cosas bien, que cuidan su producto porque quieren crear un ambiente confortable, aliarse con los trabajadores, aumentar la riqueza del territorio... Pienso en la tradición del mercado italiano, en el movimiento católico y el trabajador...

¿Y eso qué tiene que ver?

Tiene que ver, tiene que ver. Si tomamos como ejemplo Italia, hay movimientos que han infundido en el capitalismo  los ideales de la justicia y la búsqueda del bien común, más allá del vituperado liberalismo sin controles de carácter financiero. Además, a principios del siglo pasado, las cajas de ahorros o los bancos populares hacían finanzas creando bien común.

No hay utopía.

Más bien hay una lectura profética, fundada en la  realidad. La subsidiariedad y el mercado son afrontadas a partir de una concepción del hombre. Hace años se hablaba, como máximo, de "recursos humanos". Ahora el hombre se pone en el corazón de la economía: caridad en la verdad. Es revolucionario, la caridad -el "don de sí mismo conmovido", decía Don Giussani- es la verdad del hombre, hecho a imagen de Dios, que es caridad. Así que el hombre es responsable ante los demás hombres.  

Entonces...

Entonces la subsidiariedad es la valoración del hombre que no está solo y es capaz de hacer el bien. Surge en este contexto una pregunta: ¿cómo puedo construir el bien común? ¿Con el Estado, desde arriba? ¿O más bien dando valor a todas aquellas personas, movimientos y organismos intermedios de la sociedad que desde abajo, como expresión del hombre, actúan a favor del bien?  

El Papa se refiere a la globalización.

El Gobierno desde arriba, como una unión de Estados, puede no conseguir resultados si no valora la capacidad de los  individuos capaces de hacer el bien. En el mundo existen comunidades locales, asociaciones y movimientos que trabajan por la libertad y la justicia, por el medio ambiente o contra el trabajo infantil, hay gente como el economista Mohamed Yunus que están implicados. Hay una interconexión de realidades virtuosas que dicen mucho más que los modelos teóricos.

¿Y la ética en la economía?

El mercado puede ser entendido como puro egoísmo o como forma para compartir, como oferta de bienes que mejoran la vida de las personas. Uno de los grandes méritos de la encíclica es que no le dice no al mercado y la empresa, y no dice sólo sí al sector no lucrativo y al voluntariado. Redefine empresa y finanzas en un modo menos histérico, ofrece una idea de mercado más matizada. Representa el final de esa ideología para la que la economía, al definirse, no tiene necesidad del hombre. 

Pero, ¿y la máquina de cepillar

Adam Smith distinguía entre valor de uso y valor de cambio. Y el valor de cambio se genera porque una cosa es útil, está bien hecha y es bonita, y con ella vivo mejor. Si el beneficio es una herramienta, ¿cuál es el propósito? El "don conmovido de sí mismo", el emprendedor que busca el beneficio, pero al mismo tiempo intenta hacer mejor su producto. La economía del Papa es una economía más rica, tiene color, es real.

Publicado en Il Corriere de la Sera

CDO Area Empresa
Ciudad  Autónoma de Buenos Aires
ARGENTINA

22 de junio de 2009

Ante el avance del estatismo, defender la libertad es defender el futuro para todos

ELECCIONES LEGISLATIVAS JUNIO 2009

Ante el avance del estatismo, defender la libertad es defender el futuro para todos

Las próximas elecciones legislativas se presentan para cada uno de nosotros

y para toda la ciudadanía, como una ocasión de participación responsable y democrática en las decisiones de gobierno del país.

a) La utilidad del voto:

No depositamos todas nuestras expectativas en la política y sabemos que los cambios que surjan de estas elecciones no resolverán

todos nuestros problemas. Pero es justo afirmar que cada vez que votamos lo hacemos impulsados por esperanzas de cambios y de

mejoras en el futuro. Es por ello que la opción electoral a tomar no nos resulta indiferente o neutra, pues su ejercicio responsable

coloca a cada uno frente a la posibilidad de colaborar, a través de su elección, con la construcción de una sociedad civil libre –por

tanto subsidiaria – y solidaria.

Esta es la utilidad del voto. Aquella que expresa el apoyo o rechazo a quienes se postulan para legislar como representantes del

pueblo según defiendan y favorezcan –o no- los espacios de libertad creativa que las personas y la sociedad civil necesitan para su

desarrollo, sin que ello signifique entregarle nuestra esperanza de felicidad a otro que nos sustituya en el irrenunciable protagonismo

con el que nos concebimos frente a nuestra propia vida, a la sociedad y a la historia.

b) El estatismo destruye la sociedad civil:

Advertimos claramente que las políticas e iniciativas que viene desplegando el gobierno nacional y que son ahora nuevamente

propuestas a consideración del electorado, resultan expresión de un injusto y destructivo estatismo que intenta concentrar mayor

poder a la vez que menosprecia y desalienta el protagonismo fecundo que surge originalmente de las personas y de su ímpetu

asociativo a través de las organizaciones intermedias, no en un egoísta y limitado rol corporativo de defensa de intereses sectoriales,

sino como canales de participación libre y responsable para un original aporte al bien común.

El progresivo avance del estado sobre la propiedad privada, materializado en la apropiación de los aportes extraordinarios

personales realizados por los adherentes al sistema previsional de capitalización y la aún enigmática inclusión de representantes en

los directorios de empresas como consecuencia de la estatización de las AFJP, la concepción monopólica y absolutista del poder

que entraña el hecho de hacer de una elección legislativa un plebiscito de la gestión, apelando a un falso concepto de

"gobernabilidad" que viene acompañado de pronósticos apocalípticos en caso de un revés electoral oficialista, la gravosa presión

fiscal ejercida en forma inconsulta sobre quienes producen y el clientelismo asistencialista con el se pretende mantener cautiva la

voluntad de miles de personas que viven en la pobreza, son algunos de los signos clamorosos del marcado desprecio de las políticas

estatistas oficiales hacia el valor de cada persona y de la sociedad civil, que encuentra una variante hasta hoy impensada al burlar

de antemano el contrato electoral presentando candidatos que no asumirán los cargos para los que se proponen.

En defensa de la primacía de la libertad de cada persona y de la sociedad civil, como de su capacidad de generar creatividad,

caridad, confianza y trabajo, consideramos necesario rechazar la propuesta electoral que encarna la política estatista del gobierno

nacional.

c) Hacia una sociedad más subsidiaria y solidaria:

En la búsqueda del bien común resulta así indispensable colocar en el centro de la escena social, económica y política a un sujeto

libre, es decir, capaz de vincularse con otros en la sociedad, generar obras junto a otros, construir con ellos y atender solidariamente

las necesidades de aquellos que no pueden procurarse por sí mismos su satisfacción.

El Estado a través de sus Poderes, sin desconocer la condición naturalmente libre de la persona y respetándola, tiene la tarea de

conciliar esta exigencia de libertad con el bien común. La subsidiariedad es entonces la afirmación de la libertad del hombre en su

dimensión social e institucional.

Hace falta entonces identificar entre quienes se proponen como candidatos en esta elección a aquellos que se comprometan a:

- El cuidado de la vida de cada persona, desde su concepción hasta su muerte natural, como asimismo la defensa de la familia de

rasgos tradicionales.

- Reconocer y defender la libertad religiosa y eclesial, pues esto implica defender la libertad de todos.

- Otorgar a la educación fundamental prioridad, asignando los recursos económicos, promoviendo la libertad de asociación y

reconociendo las propias tradiciones históricas, religiosas y culturales para que en ellas cada familia pueda elegir libremente donde

educar a sus hijos.

- Sostener y defender el valor intrínseco del trabajo en la persona de quienes trabajan, tanto lo hagan circunstancialmente como

empleados o como empresarios, alentando la colaboración entre ellos como modalidad de relación, dentro de la cual se haga

efectivo el reconocimiento de sus derechos.

- Favorecer y facilitar la tarea de los empresarios, a través de leyes claras y estables que al fijar condiciones previsibles y estimular

la inversión, el acceso viable al crédito y la creación de fuentes de trabajo, permitan la oportunidad de desarrollo de las empresas

según su capacidad de generar valor.

- Estimular el desarrollo de entidades intermedias nacidas en medio del entramado social con legítimos y diversos fines,

particularmente aquellas dedicadas a los más pobres y necesitados, pues las mismas constituyen una genuina expresión de la

energía asociativa en acto, propia del ímpetu de personas libres.

"…En particular, la sociedad civil asume un papel crucial en el proceso de desarrollo, ya que el desarrollo es esencialmente un

fenómeno cultural y la cultura nace y se desarrolla en el ámbito de la sociedad civil…" Mensaje en la Jornada de la Paz 2009,

Benedicto XVI (n° 13).

CDO Argentina www.cdoargentina.org.ar

 

16 de junio de 2009

¿Qué es la subsidiariedad? Otro nombre de la libertad

Presentación del libro

¿Qué es la subsidiariedad? Otro nombre de la libertad

 

« Como no se puede quitar a los individuos y darlo a la comunidad lo que ellos pueden realizar con su propio esfuerzo e industria, así tampoco es justo, constituyendo un grave perjuicio y perturbación del recto orden, quitar a las comunidades menores e inferiores lo que ellas pueden hacer y proporcionar y dárselo a una sociedad mayor y más elevada, ya que toda acción de la sociedad, por su propia fuerza y naturaleza, debe prestar ayuda a los miembros del cuerpo social, pero no destruirlos y absorberlos »

Pío XI, Carta enc. Quadragesimo anno

 

 

La Compañía de las Obras presenta el libro ¿Qué es la subsidiariedad? Otro nombre de la libertad, compilado y traducido por el Dr. Alberto Riva Posse. La misma se llevará acabo el día jueves 18 de junio a las 19hs en el Museo Mitre (San Martín 336, CABA).

 

La publicación reúne cinco artículos correspondientes a la edición italiana del libro, junto con un artículo de Giorgio Vittadini dirigido a la realidad latinoamericana. La publicación aborda el concepto de la subsidiariedad desde su origen, historicidad y su actual y perene importancia.

 

La presentación estará a cargo de Sergio Baigorri, presidente de la Compañía de las Obras en Argentina, Alberto Riva Posse, responsable de la "Escuela de Subsidiariedad" y Agustín Etchebarne, presidente de Foro Republicano, propiciando el diálogo con el aporte de los distintos invitados y el público asistente.

 

El objetivo de la presentación más allá de dar a conocer la publicación, es realizar un aporte a la actual coyuntura. Preguntándonos qué quiere decir la subsidiariedad y qué contribución puede significar dentro de la realidad argentina. La cercanía a las próximas elecciones legislativas exalta aún más la pertinencia de la discusión.

 

La Compañía de las Obras (www.cdoargentina.com.ar) es una organización sin fines de lucro, destinada a vincular empresarios y emprendedores, a través de una red que permite intercambiar experiencias, sugerencias y formación; a fin de promover, difundir una cultural empresarial y apoyar la creación de nuevas iniciativas de trabajo, tanto con fines de lucro como sin ellos.

 
Cdo Area Empresas
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A R G E N T I N A

24 de abril de 2009

Afrontar la crisis, relanzar la empresa

Compañía de las Obras en Chile

Afrontar la crisis, relanzar la empresa

Eduardo Fredes24/04/2009

La Compañía de las Obras de Chile da inicio al año realizando un encuentro que tendrá como tema "Afrontar la crisis, relanzar la empresa". Con motivo de esta ocasión, se ha invitado al padre Aldo Trento, sacerdote italiano que, viviendo en Paraguay hace ya 20 años, ha creado una de las obras más importantes y bellas de Latinoamérica, encontrándose en ella manifestaciones tan diversas como son un hospital para enfermos terminales, una escuela, un café literario y una pizzería. Contaremos también con la presencia de Juan Francisco Lecaros, gran empresario chileno, quien dirige entre otros negocios una gran cadena de hoteles, además de tener una corporación sin fines de lucro que ayuda a las entidades a crear y fortalecer sus organismos.

 

Al reunir a dos personalidades como las mencionadas, quienes con su humanidad y emprendimiento han sabido caminar en estos tiempo difíciles, pretendemos demostrar que, tanto en tiempos de crisis como de bonanza, se necesita una humanidad nueva que pueda afrontar la realidad a partir del presente, siendo la realidad una oportunidad positiva con la cual confrontar la vida y no un escollo que nos asfixia impidiéndonos ser felices.

La moderación del encuentro estará a cargo del presidente latinoamericano de la Compañía de las Obras, Bolivar Aguayo, quien, conociendo la realidad chilena y latinoamericana, desarrollará la síntesis de las intervenciones.

CdO Chile

Cdo Argentina - Area Empresas
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6 de marzo de 2009

Creare e confermare la fiducia di B. Scholz

Creare e confermare la fiducia di B. Scholz

Non esiste un'opzione tra comunicare e non comunicare, nel senso che "non comunicare" è impossibile. Tutto parla di noi: da come ci comportiamo a ciò che diciamo, da come ci relazioniamo con gli altri alle scelte che facciamo …

Lo stesso vale per le imprese. In questo senso la comunicazione non è una funzione che può essere demandata per intero a un ufficio o ad un'area dell'azienda, ma riguarda tutti, a partire dal tono con cui la centralinista risponde al telefono sino alle modalità con cui si curano le relazioni con clienti, fornitori e stakeolder. Da qui l'importanza di un'identità imprenditoriale condivisa a tutti i livelli dell'organizzazione.

Nelle aziende medio-grandi sono normalmente dei professionisti che mettono a punto efficaci strumenti di comunicazione e di marketing per far giungere a destinazione messaggi in grado di sostenere e incrementare il valore e l'immagine dell'impresa, dei suoi prodotti e dei suoi servizi. Le piccole aziende invece non possono dedicare risorse specifiche alla comunicazione – e non dimentichiamo che il tessuto imprenditoriale italiano è fatto per il 95% di organizzazioni con meno di 10 addetti.
La comunicazione è quindi più implicita e dipende dall'iniziativa e dall'impegno delle singole persone che ci lavorano. Anche se spesso occorrerebbe il sostegno di professionisti o consulenti per aiutare la piccola impresa a comunicarsi con maggiore efficacia, essa normalmente più che sul marchio o sul brand, gioca la sua reputazione attraverso l' "immagine" che ne danno i suoi collaboratori. Anche le grandi imprese, che curano la loro immagine pubblica attraverso strumenti specifici , si comunicano inevitabilmente attraverso le modalità con cui i propri collaboratori lavorano e si relazionano.

Lo scorso novembre si è tenuta nella nuova Fiera di Milano la quarta edizione di Matching, l'evento business to business organizzato da CDO per creare occasioni di contatto e di conoscenza tra imprenditori, e così favorire le relazioni di business. Pur in un contesto difficilissimo - in quei giorni la crisi finanziaria emergeva nella sua drammaticità – l'evento è stato, come hanno testimoniato molti presenti, "un'iniezione di fiducia".

E' stato cioè una conferma di quanto sia importante riscoprire il valore di una comunicazione basata sul fattore umano. Un elemento tanto più prezioso in un contesto di crisi come quello attuale. Nella comunicazione d'impresa gli strumenti possono tenere alti l'interesse e l'attenzione, ma a condizione che ci siano persone in grado di creare prodotti e servizi affidabili, meritando in questo modo la fiducia di clienti, fornitori e collaboratori; è questa fiducia il vero patrimonio dell'impresa.


CdO Area Empresas
Ciudad  Autonoma de Buenos Aires
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25 de febrero de 2009

Fotos y audio Encuentro Bernhard Scholtz

amigos
les envio los links del encuentro de bernhard con los empresarios asociados de la cdo porla mañana
http://www.4shared.com/file/89422862/ea9892fc/cdoempresasbernarda.html
tamaño 25 MB duracion 1.48 hs ( espectacular material !!!)
 
como asi tambien el encuentro publico que se realizo en el circulo italiano
http://www.4shared.com/file/89425347/3946d3a9/bernardtarde.html
tamaño 19 MB duracion 1.21 hs ( impresionante !)
 
este material lo transcribiremos proximamente
por favor distribuir la informacion entre los amigos que no pudieron participar.
 
saludos
 
Jorge Sengiali
Ciudad  Autonoma de Buenos Aires
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